Reivindico un verano como los de antes. Trabajar así tendría que estar considerado tortura, y yo me siento esclava del sistema que nos ha robado los veranos... Pagaría por volver a los 80 y los 90, donde mis vacaciones eran eternas y los días largos y relajados...
Era una época para el disfrute y relax máximos. Levantarte tarde CADA MAÑANA y olvidar los días de la semana. Hacer un par de páginas de Vacaciones Santillana y el resto del día entre la piscina, la playa y el campo. Y ver mucha tele, ya que por entonces la parrilla veraniega ofrecía una oferta enorme para nuestro deleite. ¿O es que nadie recuerda ya las series (y sus reposiciones) matinales que duraban de junio a septiembre?
Dinastía, Miami Vice, Magnum, Verano Azul, Las Mamachicho, El gran héroe americano.
Los vigilantes de la playa, Vacaciones en el mar, Salvados por la campana, Los rompecorazones.
Otro elemento indispensable en cualquier verano ochentero era la carta de helados de Frigo. ¡Mataría ya mismo por un Frigurón!
Lamentablemente, ya somos grandes y nada de ésto volverá. Así que me conformo con hacerme mis propios polos en casa.
La receta aquí
escuchar temazos como éste,
y con contemplar imágenes frescas e idílicas en nuestro Pinterest:
¡Feliz miércoles, y que no se os frían las neuronas!
¡ y no nos olvidemos de las tardes en la playa con la pandilla y su chico guapérrimo!
ResponderEliminarJo sempre veia els Rompecorazones abans d'anar a la platja!! :)
ResponderEliminarGemma
Yo era tan fan de las reposiciones matutinas!! Rompecorazones al poder!
ResponderEliminarBea
La serie de la tarde era imprescindible para luego jugar a ser sus personajes toda la tarde, recordando y viviendo los capítulos como si tu vida dependiera de ellos. Nadie quería hacer de malo, así que podíamos pasar 4 horas quijotescas en las que los molinos invisibles se tornaban perversos comunistas o ángeles del infierno.
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